Fragmentos de Rabi'a al Adawiyya
Rabi'a al Adawiyya (Basora, 71?-801 ) fue una mujer excepcional, después de una dura vida en la que pasó por la pobreza, la orfandad y la esclavitud, se refugió en el amor divino y alcanzó el más alto grado de realización espiritual. Fue en su tiempo admirada y respetada por su sabiduría, a pesar de ello, vivió con gran humildad, siendo su única preocupación su estrecho contacto con la divinidad sin importarle el infierno o el paraíso, ya que su amor estaba más allá de la idea religiosa de premio o castigo.
Puedes conocer más de su biografía AQUÍ.
Dejo algunos fragmentos de sus poemas, canciones y frases.
Dios mío, si te adoro por miedo al infierno, quémame en él. Si te adoro por la esperanza del paraíso, exclúyeme de él.
Pero si te adoro sólo por Ti mismo, no apartes de mi Tu eterna Belleza.
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Mi anhelo de Ti es mi única riqueza,
mi ardiente deseo, todo mi sustento.
Si no fuera por Ti, oh vida de mi vida,
no habría vagado de un lado para otro
por la inmensidad del país.
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No eres más que una suma de días. Cuando un día se va, con él se va una parte de ti. Y cuando una parte se va, no tardará en irse todo. No te digo nada que no sepas: pues bien, ¡actúa!
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¡No necesito la Kaaba, sino al Señor de la Kaaba! ¿Para qué quiero la Kaaba? No me alegra su belleza. Mi único deseo es encontrar a Aquel que dijo: "Al que se acerque a Mí un solo palmo, Yo me acercaré un codo".
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-De dónde vienes? -le preguntaron.
-Del otro mundo.
-Y adónde vas?
-Hacia el otro mundo.
-Y qué haces en este mundo?
-Me burlo de él.
-¿Cómo te burlas?
-Como su pan y hago las obras del otro mundo.
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Es imposible a la mirada distinguir las diferentes estaciones de la vía que lleva a Dios. Le es imposible a la lengua llegar hasta Él.
Por eso, ¡despierta tu corazón! Si tu corazón despierta, tus ojos verán el camino y llegarás fácilmente a la estación.
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Entre el amante y el amado no hay distancia. Ni palabras. Hay solamente lo que dice la nostalgia, lo que describe el gusto.
Quien ha gustado ha conocido, pero quien ha descrito no se describe. En verdad, ¿cómo puedes describir una cosa cuando en su presencia te aniquilas, en su existencia te disuelves, en su contemplación te deshaces, en su pureza te embriagas?
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Rabi'a se dio un golpe en la cabeza y empezó a sangrar. Pero ni siquiera se inmutó.
-¿No sientes el dolor? -le preguntaron.
-La preocupación de conformarme a la voluntad de Dios en todo lo que sucede me impide sentir eso que vosotros veis.
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El fruto de la ciencia espiritual es apartar el rostro de lo creado para volverlo hacia el Creador. Pues no hay más conocimiento que el conocimiento de Dios.
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Me avergonzaría pedir algo, por pequeño que fuere, de los bienes de este mundo, pues los bienes del mundo no pertenecen a nadie, quien los tiene, los tiene solamente como préstamo.
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Oh, Dios mío, lo único que me ocupa,
mi único deseo en este mundo,
más allá de todo lo creado,
es Tu recuerdo.
Y, en el otro mundo, el anhelo del encuentro,
poder estar sólo contigo.
Ese es mi afán, pero Tú, haz Tu voluntad.
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Nada tengo que decir
respecto del Infierno y el Paraíso.
En cuanto a mí, no aceptaré nada
a cambio del Aquel que he amado.
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¡Cuanta pasión en el goce mundano, y yo sigo buscándolo! Oh Dios mío, ¿no tienes un castigo para mí? Pues no hay refinamiento sin fuego.
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La muerte es un puente entre amigos, y se acerca el momento en que yo lo atraviese. Mi alma tiene prisa por encontrar al Amigo. Le necesito.
Fragmentos extraídos de:
RABI’A AL ADAWIYYA. (2006). Dichos y Canciones de una mística sufí (siglo VIII). José J. De Olañeta
Para citar este artículo por favor usar:
Cárdenas, L. (20 de mayo de 2020). Fragmentos de Rabi'a al Adawiyya. Sobre lo humano y lo divino. https://fadailalfaqir.blogspot.com/2020/05/fragmentos-de-rabia-al-adawiyya.html
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