Ven, ven, quienquiera que seas... pero no con Rumi
La mejor parte de estar en un error, es cuando nos damos cuenta de aquello que está mal y podemos avanzar nuevamente hacia la verdad. Seguramente, muchas de las personas que estimamos las letras y enseñanzas que nos dejó Rumi nos hemos topado con este poema: “Ven, ven, quienquiera que seas. vagabundo, idólatra, adorador del fuego, ven, aunque hayas roto tus votos mil veces, ven, y ven una vez más. La nuestra nos es una caravana de desesperanza.” Aquellas letras, han sido constantemente atribuidas a Rumi, sin embargo, no le pertenecen, quien las habría traído a este mundo es Abu Saeed Abil-Kheir (967-1049), otro importante místico y poeta sufí. El origen del mal entendido y esta atribución errónea se originó debido a que el bibliotecario del dergah (recinto de los mevlevis en el que viven, realizan sus oraciones y estudios), Necati Bey, encontró ese cuarteto escrito en una hoja con la antigua caligrafía persa, a partir de ese acontecimiento, se hizo conocido aquel poema