Sobre el Karma (en el budismo)

Karma es un concepto sobre el que hay muchas ideas preconcebidas a causa que es una palabra que se usa también en ámbitos religiosos variados como lo son el hinduismo y jainismo, siendo además un término que ha tenido un uso común en el terreno de la cultura popular, el “esoterismo” y las tendencias del "new age". Sin embargo, en el mundo del budismo tiene un significado específico que se aleja un poco de la idea común de lo que sería el karma. Vale decir, que esta es una palabra antiquísima que se remonta a los Vedas, textos sacros de la antigua India, ahí, su significado original remitía simplemente al resultado de la acción ritual, siendo esta su acepción primaria, acción o acto. En dichas fuentes antiguas, aún a esta palabra no se le asocian otras ideas espirituales como el samsara o la transmigración de las almas, ideas que se desarrollan con posterioridad y que aparecen mencionadas en otros textos como lo son las upanishads. Pero regresemos a la idea del karma desde la perspectiva budista, para ello, antes es preciso aclarar lo que este no es.

El karma NO es una ley que IMPARTE “JUSTICIA”. La noción de justicia es un modo de ver limitado, que implica una mediación de intereses ante un acto realizado, dependiendo de la perspectiva de quien la aplica, así, lo que parece justo para una persona, no lo es necesariamente para otra. En cambio, de lo que se ocupa el karma es de ordenar los actos de una manera lógica mediante una relación de causalidad, es una ley en el sentido de la física, toda acción tiene su reacción, toda, por mínima que sea la tiene. Otro punto importante, es que el karma NO EQUILIBRA EL UNIVERSO, en el budismo, la existencia ES, su condición de ser está simplemente aconteciendo libre de toda determinación divina, las reacciones son simplemente neutrales respecto de las acciones, la condición de bueno y malo en un sentido temporal y contingente se desdibuja.

A la noción de karma como justicia, puede relacionarse con la idea de un Dios justo de la concepción cristiana y su escatología, donde tenemos a la divinidad como juez universal que premia o castiga según los actos o la fe de las personas. Mientras tanto, la concepción del karma como factor de equilibrio para el universo es una innovación propia de las tendencias del new age. 

Retornando a lo que toca al budismo, el karma como concepto también puede traducirse como acción, la doctrina que del karma deriva, implica que todas nuestras acciones conscientes físicas, verbales o mentales generarán una acción como consecuencia, pero también, aquellas acciones también forman parte de las consecuencias de otras acciones pasadas. Esta cadena se transforma en una especie de ciclo que se alimenta a sí mismo, como todo ciclo, este apunta a perpetuarse a sí mismo, esta sucesión de acontecimientos va mas allá de la vida presente y se transforma en el samsara, el que obliga a la reencarnación.

Sin embargo, el karma tiene un papel importante en la liberación, hay ciertas acciones que propician o abren la puerta hacia el nirvana, mientras que otras nos van alejando. Es ahí donde las nociones de mérito y demérito son importantes, para comprenderlo fácilmente se puede entender el karma como semillas, algunas dan frutos agradables en corto tiempo, otras tardan más, igualmente hay semillas cuyos frutos son amargos o no se pueden comer... pero ¡sorpresa!, dentro de los frutos es donde se encuentran las nuevas semillas, pero hay frutos que no, que no conllevan el encadenarse a nuevas semillas.

Actuar en consistencia con el dharma es el medio que propone el budismo para salir de esta cadena de actos, del ciclo del samsara, mediante acciones virtuosas en el presente se puede llegar progresivamente a obtener una mejor posición en esta vida o en una próxima. Aunque hace falta mucho más que solamente poner atención en el karma para alcanzar el nirvana, es un paso muy importante. Cabe recordar que el objetivo de acumular mérito no es egoísta, no se trata de “hacer cosas buenas para obtener cosas buenas para uno mismo”, la idea budista va más allá, ya que la liberación auténtica se realiza cuando la persona va descubriendo la verdadera cualidad de la existencia y la comparte con otros para propiciar la liberación de todos los demás seres, ese es un acto que el propio Buda realiza. 

Finalmente, cabe decir que el karma se ha clasificado de distintas maneras, algunas son: Karma de mérito, corresponden a los de actos que van en consonancia con el dharma; karma de demerito, son actos contrarios al dharma; karma maduro, cuyas consecuencias acontecen en la vida presente; karma incipiente, es el que generamos a cada momento que puede tener su consecuencia en esta u otra vida; karma acumulado; del que recibimos ahora sus repercusiones por actos de existencias pasadas. 


Fuentes: 
Calle, R. (1992). Diccionario de orientalismo. Edaf 
Conze, E. (1978) El budismo: su esencia y desarrollo. FCE
Dragonetti, C. (1967). Dhammapada: El camino del dharma. Sudamericana
Rimpoche, K. (2005). Fundamentos del budismo tibetano. Kairós

Para citar este artículo por favor usar: 
Cárdenas, L. (18 de junio de 2020). Sobre el Karma (en el budismo). Sobre lo humano y lo divino. https://fadailalfaqir.blogspot.com/2020/06/sobre-el-karma-en-el-budismo.html

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