¿Qué es la Divinidad sino este maravillamiento?

Altísimo Señor, aunque indigno de nombrarte, a Ti dirijo este canto.
¡Señor, Señor, gravitación eterna de los horizontes sin fin!
Eres hermoso como este paisaje, invencible como estas rocas, eterno como esta montaña, profundo como ese azul.
Tú has puesto en pie estas piedras como terribles centinelas para vigilar la marcha de los siglos.
En el incendio de estos picachos mi alma te siente y te quiere.
Todo está lleno de tu presencia. Tú brillarás para siempre sobre las rocas de mi alma.
Bendito seas por la potencia eterna de este macizo.
Bendito seas por sus hendiduras desgarradas.
Bendito seas por las nieves eternas.
Bendito seas por el silencio augusto de las noches estrelladas*.



¿Qué es la Divinidad sino este maravillamiento? 

Hay un momento crucial en el encuentro con lo divino, es este impacto profundo que se produce al verlo de forma tan transparente, en el que la única grandeza comparable es aquella que la naturaleza refleja. Fácilmente, no hay quién se haya parado al borde de un mar o en las alturas de una montaña y no lograra ver otra cosa además de la inmensidad de todo, sin sentir que en su interior se contrasta intensamente entre sentirse tan grande por poder apreciar la totalidad del paisaje en su extensión, pero a la vez tan pequeño frente al universo entero. 

De a poco, o de golpe se nos va borrando esa distinción entre nosotros mismos y lo que es el paisaje exterior. Pues esas rocas que constituyen la poderosa envergadura de las montañas son las mismas que nos habitan en el corazón, no solamente en las metáforas, pues finalmente cada átomo que compone nuestro cuerpo es exactamente igual que aquellos que componen el resto de la materia de este escenario universal. Así se va desdibujando la frontera que existe entre la integridad de nuestro ser individual ante la grandeza del SER de la totalidad. 

Puedes llamarlo Altísimo Señor, Padre Nuestro, Dios, Allah, Yahveh, Vishnú... o de cualquier modo en que cualquiera haya llamado alguna vez a aquella potencia tan única que logra hacer comulgar todas las presencias unidas en una sola. 

Muchos buscan esta experiencia con un tan grande y absurdo anhelo, finalmente la única posibilidad de recibirla no es ir a su encuentro, sino disponerse para que llegue a uno mismo. No valen las oraciones ni las piadoras o ascéticas obras, pero en vez de fe, yo le llamaría simplemente amor, porque verdaderamente ahí se produce el encuentro entre Lo Otro y el sí mismo que se arrojan al infinito en mutua contemplación. 

* Larragaña, I. (1979). El Hermano de Asís. Santiago, Chile: Ediciones Paulinas.

Para citar este artículo por favor usar: 

Cárdenas, L. (26 de febrero de 2019). ¿Qué es la Divinidad sino este maravillamiento?. Sobre lo humano y lo divino. https://fadailalfaqir.blogspot.com/2019/02/que-es-la-divinidad-sino-este.html

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