A los cristianos que justifican al estado de Israel

Parte fundamental de las creencias de nosotros los cristianos es aquella de la tierra prometida para el pueblo de Dios, pueblo que está también conformado por nosotros los “gentiles”, los cristianos no-judíos, en cierta manera somos hijos adoptivos de esa y todas las promesas de la Divinidad, eso expresa Pablo en Romanos 11, al contarnos sobre el olivo y sus ramas, es innegable que somos partícipes de las raíces y la sabia del olivo del que hemos sido injertados, en lugar de aquellas ramas originales que cayeron en la incredulidad, a diferencia de los cristianos que sostenemos la fe en Cristo, el pueblo judío que permanece en el judaísmo ha renegado del mesías y su mensaje, que en lo fundamental se nos resume en Lucas 10:27 “Aquel, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”, entonces, tener a Cristo como nuestro mesías, amar a Dios y al prójimo, son los pilares básicos que sostienen la relación entre la humanidad y las promesas que nos ha hecho la Divinidad. Ahora, si consideramos al estado de Israel, que pretende ser el hogar nacional para el pueblo judío y que sobre el 80% de su población profesa el judaísmo, tenemos una primera indicación de que es un pueblo incrédulo de Cristo, no hace falta más que revisar en las noticias internacionales cómo es que tratan a los propios cristianos y las acciones que como estado ha llevado a cabo están lejos de poder considerarse como dentro de lo que significa amar al prójimo y es que incluso el antiguo pueblo israelita tiene fama para sí mismo de alejarse del pacto con Dios, en palabras del profeta Elías, en 1° Reyes 19:14 “Él respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida”, hoy por hoy, persiguen para matar al otro pueblo semita que habita la zona. La biblia nos recuerda una y otra vez las ocasiones en que el antiguo Israel fue castigado por Dios por su incredulidad, si la Biblia se escribiese todavía ¿Cuánto más anunciaría sus crímenes de hoy?

Es prioritario que como cristianos sepamos diferenciar entre el pueblo de Israel al que Dios le hace sus promesas, siendo la rama cuando estaba en el olivo, y lo que es el estado Israel que está alejado de aceptar a Cristo, de aceptar la ley de Dios y de amar al prójimo, siendo la rama podada del olivo. 

Y en cualquier caso, debemos también recordar los valores sobre la justicia, la paz y la defensa de los oprimidos que son esenciales en el cristianismo, que valga una vez más decir, el estado de Israel está plenamente alejado de ello especialmente con lo que respecta a los árabes palestinos, también descendientes de Abraham. 

Mateo 5:9: Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Entre los cristiano debemos buscar la paz entre quienes están en discordia, a pesar de las dificultades que ello nos traiga, sin sacrificar nunca la verdad.

Mateo 5:38-39: »Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.

Debemos renunciar a la venganza y aspirar a la justicia, evitar toda acción desproporcionada, no combatir el mal con un mal peor.

Lucas 4:18: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos.

Nunca debemos dar la espalda a quienes están en alguna necesidad, los seguidores de Cristo debemos estar inspirados por él y actuar en consecuencia.

Israel, como estado judío, se pone por fuera de la historia de la salvación por no aceptar a Cristo y su mensaje, que incluye en el pueblo de Dios no sólo a los hijos de Abraham en términos étnicos, sino a cualquiera por su fe en el Hijo de Dios, lo que se expresa claramente en Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.

En síntesis, las promesas realizadas al antiguo pueblo de Israel abarcan a todos quienes sigan a Cristo, indistintamente de su origen étnico y los valores que nos ha enseñado no se limitan al tratamiento entre cristianos, sino que son un deber ético hacia cualquier otro ser humano, es más, se nos prescribe el amor a los enemigos en Mateo 5:43-44: Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; ”.

El estado de Israel no es equivalente al antiguo pueblo israelí, tampoco al "Israel espiritual" ni al "Israel de Dios", el estado de Israel es una creación de 1948, facilitada por la ineficiencia del Mandato Británico de Palestina para organizar el territorio del disuelto Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial.

NOTA: Todos los versículos de la Biblia han sido extraídos de la versión Reina Valera 1960.


Para citar este artículo por favor usar: 
Cárdenas, L. (29 de mayo de 2024). A los cristianos que justifican al estado de Israel. Sobre lo humano y lo divino. https://fadailalfaqir.blogspot.com/2024/05/a-los-cristianos-que-justifican-al.html

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