Notas sobre el concepto de religión
Comúnmente
aceptado y conocido es que el concepto de religión proviene del latín
re-ligare, que vendría a significar algo así como “volver a unir” lo que hace
referencia a volver a generar el enlace entre la realidad humana y la divina.
Sin embargo, existen otras dos etimologías igualmente aceptadas, que muestran
otros aspectos importantes dentro de la vida religiosa.
En primer lugar,
re-legere también del latín que nos invita a “releer”, debido a que las
cuestiones de orden sagrado deben ser continuamente seguidas en el curso de sus
textos por ser un conocimiento de difícil comprensión, que sin estudio adecuado
(y la práctica) no son más que letra muerta.
En segundo
lugar, podemos encontrarnos con re-elegire, proveniente de la misma matriz
lingüística de las anteriores, que en este caso propone “volver a elegir” entre
la vida profana y la consagrada a la divinidad.
Tomando en
consideración esta triple etimología el concepto de religión puede extenderse
tanto al ámbito de la opción de optar, por un método de interiorización y por
un logro que define la posición del ser en el marco de la divinidad.
Sin embargo, el
concepto de religión pasa de ser una noción neutra, convirtiéndose en una
herramienta de dominio y separación entre la creencia aceptable o inaceptable.
Más culpable que las otras es la religión católica, que (como muchas) ha
tratado de convertirse en universal, erigiéndose como la verdadera y única,
guiada por un afán colonialista, devorador y sincrético en su relación con
otras formas de relación con lo sagrado, esto queda más que demostrado a lo
largo de la historia, sobre todo en la de América Latina, donde más que
renunciar a sus creencias, los pueblos andinos, durante los últimos 500 años
han amalgamado su ancestral ritualidad con la adoración a la Virgen y los
santos.
Igualmente, el
concepto de religión, al ser un concepto occidental, solamente abarca en su
definición más clásica algo que queda bien delimitado para la realidad
occidental europea que está en pugna con conceptos que son más propios para
cada cultura, como por ejemplo cosmovisión y espiritualidad para los contextos
indígenas de todo el orbe que carecen de institucionalidad y pretensión de
universalidad respecto de su culto frente a otros. Tampoco en nuestro idioma
existe algún concepto específico que pueda abarcar la riqueza de la vinculación
particular, su método y opción respecto a lo divino de otras culturas, por
ejemplo, para el contexto eminentemente hindú, lo más adecuado en vez de hablar
de religión es decir el “Sanatana Dharma”, en China el término más correcto al
referirnos a estos temas es el “Chiao”, así también para lo que corresponde al
mundo islámico deberíamos hablar de “Din. Donde cada concepto va a delimitar un
campo concreto de acción que es solamente aplicable a su realidad determinada.
Podemos ver así,
que el concepto religión es militante, tributa a una realidad concreta que hace
alusión a determinados procesos eminentemente occidentales, usado para validar
una forma particular de práctica por sobre otras (la católica y cristiana
generalmente) o bien para referirse solamente a un puñado de tradiciones
espirituales de larga data desde el zoroastrianismo al islam como modelos fijos
de lo que debería abarcar una religión, dejando fuera otras expresiones
espirituales más modernas y minoritarias. Otras veces, se asocia religión con
la existencia de uno o más dioses, como condición indispensable, dejando en el
filo de la definición al budismo, que al igual que cualquier otro modo de comprender
y hacer respecto de una realidad superior, no tiene ningún afán de agarrarse de
un concepto que no le pertenece.
Pero sin
embargo, aunque la palabra “religión” carezca de sentido para calificar otras
cosas más allá de lo que estrictamente pueda calificar, toda forma de
acercamiento a la divinidad y modelo de aproximación a una realización del ser
en sí mismo o por medio de otro Ser superior si se corresponde con algo que se
puede catalogar como “fenómeno religioso”.
El fenómeno
religioso radica en aquella parte de la creencia y la práctica observable que
nos remite al hecho mismo que es posible comprender de manera analítica. Tras
esto hay pautas para reconocerlo que no lo limitan a una expresión mayoritaria,
ni histórica, ni conceptualmente colonizadora como lo es la palabra religión.
Lo primero es
partir por aclarar que en todo ámbito de creencias existe una separación entre
lo sagrado y lo profano, que ni el uno ni el otro tendrían sentido en tanto
fueran límites imposibles de atravesar. Y que para hacerlo existe un método
accesible que es generalmente heredado por la tradición o revelado en cierto
contexto (que al fin y al cabo, de tener éxito se configura como tradición).
Respecto a la
existencia del orden sagrado y el profano, el primero es contemplado como el
ámbito de lo sobrenatural, caracterizado por un orden eterno, trascendente al
tiempo finito, es el ámbito de lo sobre humano. Por su parte, lo profano es el
orden del cotidiano, lo fenoménico perceptible con los sentidos inalterados.
Los límites
entre una y otra realidad son transitables por medio de una metodología que
puede aspirar por un lado a la intervención del orden sobrenatural en la vida
humana o en el acceso del ser humano al mundo sobrehumano. En otros términos,
la comunicación se da en la intervención de lo divino en la historia de la
humanidad o del sujeto individual por una parte, y por la otra, en la
consecución de la persona al acceso íntimo con lo sacro, desde el ascenso a una
geografía idealizada a la fusión mística que va del trato sujeto-sujeto con la
divinidad a la fusión plena, e incluso al estado de vacuidad respecto del todo
sobrenatural, que se define conceptualmente como “experiencia mística”,
“experiencia cumbre” o experiencia de lo “numinoso” de acuerdo a distintos
autores.
He querido
elaborar estas líneas definiendo conceptos antes de pasar a revisar, de forma
muy resumida, dos metodologías de acceso a lo sagrado en diferentes culturas.
El Sanatana Dharma
Sanatana Dharma
en el hinduismo quiere decir “ley eterna”, aparece desde el principio de las
eras que propone como una ley inmutable que trasciende al tiempo. Expresa no
solamente la suma de las abundantes prácticas rituales hindúes, sino también el
correcto comportamiento. Curiosamente, el Sanatana Dharma aparece y reaparece
constantemente en la historia humana, además, prácticamente cada sub grupo de
creyentes hindúes y sus gurús se adjudican para sí mismos y su comunidad el
hacer prevalecer la auténtica “ley eterna”, cada cual dirigida a la adoración
de su deidad principal o a su método espiritual particular como lo son los
distintos sistemas de yoga (karma yoga, bhakti yoga, jnaña yoga… ). Más allá de
sus particularidades y discordancias, en lo que si concuerdan todos es que
marcan un origen común, una conexión con un tiempo primordial y eterno, se
califica como la enseñanza primaria, como actividades que no tienen que ver con
el plano de lo material, aunque concretamente se expresan materialmente. Es la
actividad ritualizada la que conecta al individuo con lo sagrado, es la correcta
ejecución de los sacrificios que van de la simple oración mántrica que busca
imitar los sonidos primordiales de la creación del universo, hasta el
ofrecimiento de la propia carne y sangre en el marco ritual más extremo del
saivismo.
A pesar de la
increíble variedad al respecto de las creencias hindúes, hay algunos elementos
que si son inamovibles en sus creencias, es la autentica parte eterna y común.
Si de usar mal los conceptos se trata... a este trío se le ha denominado erróneamente la "trinidad hindú" Brahma, Vishnu y Shiva. |
La creencia en
la divinidad de los vedas, de los cuales se aprende la ley eterna sin principio
ni fin. Igualmente el universo es
eterno, aunque pasa ciclos de expansión y contracción, no nace ni se destruye
en el sentido desaparición total, ya que se aniquila en su forma, pero no en su
esencia la que retorna a Visnu. La creencia en el karma es parte del Sanatana Dharma
al igual que la reencarnación y el Samsara.
Del ciclo de
constantes renacimientos y muertes hay un escape, mediante la correcta
ejecución de los sacrificios, oraciones y prácticas de diversa índole es
posible alcanzar moksha, la liberación del ciclo de nacimiento y muerte, que se
expresa fundamentalmente en dos formas. Primero la asimilación del atman con el
Brahma impersonal o la llegada del atman a los mundos superiores de forma
personal (cabe mencionar que ambas opiniones están en disputa, cada una
considera inferior a la otra y se sustentas en complejos constructos teóricos).
Además de lo anterior, el Sanatana Dharma solamente se aprende por transmisión
de maestro a discípulo, quizá este pueda ser el único punto sin discusión, ya
que prácticamente toda la mitología hindú recoge esta práctica incluso para las
encarnaciones de las divinidades, las que incluso, teniendo todo el
conocimiento del universo, no prescinden de un maestro.
Sanatana dharma
y religión aunque no son coincidentes, están emparentados, ya que de todas
maneras hacen ambos un vínculo entre lo sagrado y lo profano, pero el concepto
occidental se queda corto, debido a que el segundo expresa una creación humana
para alcanzar lo divino, da por entendido un marco institucional que en el
hinduismo por su propia variedad no da a lugar, más aún por no existir una
“cede central” vinculante y porque cada grupo puede desarrollar libremente su
ley eterna en base a ciertos elementos comunes incuestionables.
El Din
El Din es una
palabra árabe que suele ser traducida como “modo de vida”, por aproximación
puede ser entendido como sinónimo de religión, no en sus manifestaciones
rituales en sí mismas, sino por ser el método para aproximarse a lo sacro, a
diferencia de lo que comúnmente se entiende por religión, el Din va más allá de
la simple suma de actitudes y rituales frente a la realidad divina y los
comportamientos entre pares, sino que también crea un sistema cultural
completo, desde las relaciones familiares hasta el sistema económico, es una
estructuración completa de la sociedad, que por supuesto engloba también las
relaciones entre lo sagrado y lo profano. No quiere decir esto que el islam
tienda a reprimir de inmediato aspectos de los seres humanos que sean
discordantes con la creencia, hay un matiz importante entre pensar la
“sumisión” como opresión por parte de la regla o como elección del mejor método
propuesto por el sistema religioso. Si bien a ojos de los occidentales muchas
cosas parecen cuanto menos extrañas, hay que ver los hechos sin prejudicios al
tratarse de una cultura diferente.
Tradicionalmente,
en las sociedades islámicas seguir el Din implicaba aceptar un puñado de
principios a nivel práctico (“islam” como acciones concretas, referido a los 5
pilares), conceptual (“Imaan” contenido de la fe) y una dimensión intima
(“Ihsan” aspecto devocional, la relación con personal con Allah).
A nivel
práctico, el islam requiere realizar cinco acciones:
Dar Shahada, declararse como un musulmán diciendo “Ashadu an la ilaha ila Allah, wa ashadu anna Muhammad rasullah” (Atestiguo que no hay más dios que Allah y atestiguo que Muhammad es el mensajero de Allah).
Hacer Salah, realizar las oraciones diarias prescritas.
Dar Zakah, significa “purificar”. Dar una parte de las riquezas en beneficio de los pobres o necesitados anualmente.
Hacer Saum, el ayuno durante el mes de Ramadan.
Hacer Hayy, la peregrinación a Makkah al menos una vez en la vida
Dar Shahada, declararse como un musulmán diciendo “Ashadu an la ilaha ila Allah, wa ashadu anna Muhammad rasullah” (Atestiguo que no hay más dios que Allah y atestiguo que Muhammad es el mensajero de Allah).
Hacer Salah, realizar las oraciones diarias prescritas.
Dar Zakah, significa “purificar”. Dar una parte de las riquezas en beneficio de los pobres o necesitados anualmente.
Hacer Saum, el ayuno durante el mes de Ramadan.
Hacer Hayy, la peregrinación a Makkah al menos una vez en la vida
A nivel de la
creencia son seis los elementos primordiales:
La fe en Allah, reafirma la creencia en el monoteísmo absoluto y no poner la confianza en otra cosa que no sea el Dios.
La fe en los ángeles, creer en la existencia de estos seres sobrenaturales que tienen funciones específicas.
La fe en las escrituras reveladas, que incluyen demás del Corán, la Torá, los Salmos y el Evangelio.
La fe en los enviados de Allah, considerando también a los profetas bíblicos.
La fe en el día del juicio final, es decir que vendrá un día en el que cada cual tendrá la recompensa por sus acciones, incluye la creencia en el paraíso y el infierno.
La fe en el destino, lo que quiere decir en general que la voluntad de Allah siempre se cumple y debe ser aceptada aunque eso resulte bueno o malo en relación a los sujetos.
La fe en Allah, reafirma la creencia en el monoteísmo absoluto y no poner la confianza en otra cosa que no sea el Dios.
La fe en los ángeles, creer en la existencia de estos seres sobrenaturales que tienen funciones específicas.
La fe en las escrituras reveladas, que incluyen demás del Corán, la Torá, los Salmos y el Evangelio.
La fe en los enviados de Allah, considerando también a los profetas bíblicos.
La fe en el día del juicio final, es decir que vendrá un día en el que cada cual tendrá la recompensa por sus acciones, incluye la creencia en el paraíso y el infierno.
La fe en el destino, lo que quiere decir en general que la voluntad de Allah siempre se cumple y debe ser aceptada aunque eso resulte bueno o malo en relación a los sujetos.
Finalmente el
Ihsan guarda relación con alcanzar la perfección en la creencia y la devoción,
dando por entendido que un verdadero amor por Allah implica un gran amor por el
bien de la humanidad.
Algunas
particularidades del modo de vida en el islam, es que invita a tener una
coherencia permanente respecto de la creencia y la cotidianidad, al no
coartarse la expresión de la fe a un lugar o un día determinado (aunque como
cualquier sistema religioso tiene sus hitos y expresiones de fe
multitudinarias), toda acción, por simple que pueda parecer está mediada por el
sistema de creencias, si no es una obligación que mana del mismo Corán, son los
dichos del Profeta los que completan las dudas sobre el cómo deben comportarse
los miembros de la comunidad. Desde la posición al dormir o cómo entrar al
baño, prácticamente todo está normado para el beneficio de los creyentes y
tiene coherencia con los aspectos de islam, imaan e ihsan.
Lamentablemente,
al día de hoy vemos la manera que algunos grupos islámicos radicales toman El
Corán y los dichos del Profeta de manera literal para atacar a otros musulmanes
como a gente de otras creencias, sin atender al contexto de ciertas citas que
justifican y promueven la violencia, vulnerando el espíritu de paz e
integración que hay detrás de la globalidad del mensaje del islam, queriendo
imponer a fuerza su visión unilateral. Hay sobradas razones para dejar fuera
del marco de lo que es la práctica religiosa musulmana todas estas expresiones
de imposición, en un futuro cercano haré un texto sobre aquello...
Respecto de la
diferencia entre Din y religión, este último concepto suele asociarse a la
práctica individual y privada en las sociedades occidentales, simplemente como
un mero asunto de “conciencia individual”. Lo que no se condice con el modo de
creencia del islam, donde la fe configura organiza la vida colectiva e
individual y la práctica religiosa se vive en todos los espacios y en todo
momento.
En conclusión,
la riqueza y variedad de las formas en que las sociedades se relacionan con el
mundo de lo sagrado genera que el mero concepto de religión no sea suficiente
para definir la riqueza y variedad de estas expresiones concretas que se han
revisado, sencillamente porque cada concepto se orienta a su propia realidad y
contiene otros sub textos que es necesario desentrañar. Es preferible llamar
las cosas por su nombre y no adjudicarle otros que no le corresponden.
Para citar este artículo por favor usar:
Cárdenas, L. (25 de septiembre de 2017). Notas sobre el concepto de religión. Sobre lo humano y lo divino. https://fadailalfaqir.blogspot.com/2017/09/notas-sobre-el-concepto-de-religion.html
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