Algunos aspectos de las “Religiones Comparadas”
La demarcación de un campo de estudio “científico” implica una serie de delimitaciones conceptuales, sobre todo en el campo de las humanidades y ciencias sociales, donde su rigor científico está constantemente cuestionado, más aún cuando el objeto de estudio trata acerca de la realidad supra humana y la relación de ésta con las personas. Donde la objetividad en su sentido más clásico, por definición, queda inmediatamente relativizada. Es así, que en el estudio del hecho religioso ha pasado por diferentes denominaciones, cada una con sus propios matices e intentando abarcar con mayor o menor precisión ciertos aspectos concretos del hacer humano frente a lo que impone la concepción de la divinidad.
En torno a esto es que se han propuesto ciertas denominaciones para alcanzar académicamente el fenómeno religioso, que a su vez dan mayor o menor relevancia a aspectos particulares, algunas de estas formas de concebir los estudios se han denominado como historia de las religiones, ciencia(s) de la(s) religión(es), estudios religiosos, antropología religiosa, fenomenología de la religión, entre otros.
Particularmente, la noción de religiones comparadas implica, como su nombre lo dice, la comparación entre distintos credos, lo que trae consigo ciertas complejidades metodológicas específicas, inicialmente cabe preguntarse si es posible comparar “religión” con “diin”, “ciao” o “sanatana dharma”, siendo la primera, la forma común de denominar una realidad meramente occidental(que ni siquiera los estudiosos occidentales se ponen de acuerdo en lo que significa), y las siguientes (en árabe, chino y sánscrito respectivamente) denominan sus propias realidades, ya que cada forma humana de interactuar con lo sacro es sumamente específica y se conceptualiza a sí misma de forma privativa.
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Emile Durkheim |
Otro punto de conflicto ha sido la tentación de cada grupo por hacer marcada diferenciación entre su religión como verdadera, entrando en comparación con las otras para destacar sus diferencias y calificarlas como falsas, sin embargo, fuera del ámbito confesional, esta problemática aparece superada. Emile Durkheim, padre de la sociología, en lo que puede ser calificado como un aforismo explica que “no hay pues, en el fondo, religiones falsas. A su manera, todas son verdaderas, todas responden, si bien de modos diferentes, a condiciones dadas de la existencia humana” [i]. Lo que abre a la posibilidad de estudiar científicamente religiones distintas sin el peso absoluto de sobreponer una a otra como más “verdadera”.
Comparar también cae en el riesgo de suponer a las religiones como un hecho estanco, sin considerar su evolución a la par de las sociedades practicantes, no es lo mismo el cristianismo europeo del siglo XIII que el cristianismo latinoamericano actual, así como tampoco es igual el budismo zen y el budismo tibetano. Esta clase de estudio debe evitar el reduccionismo, la atemporalidad y el dogmatismo, este último punto es fundamental a la hora de estudiar fenómenos religiosos distintos ya que la letra de los “textos sagrados” está frecuentemente distante de lo que es la praxis social de los que profesan una fe.
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De este modo, las Ciencias de las Religiones además de sus complejidades en torno a su objeto de estudio y métodos, como ya se veía esbozado antes, debe también diferenciarse de otras áreas de las ciencias sociales de donde toma insumos, debe ser más que puramente historia, antropología, sociología o fenomenología. Es un campo científico inherentemente interdisciplinar, del cual no está zanjado aún ni un objeto ni método propio, razón por la que se le cuestiona la posibilidad de estudiar el hecho religioso de forma diferenciada e independiente, y no desde las áreas de las ciencias sociales ya dichas, por ejemplo, sería fácil llegar a confundir un estudio de Ciencias de la Religión enfocado al análisis histórico únicamente con Historia de las Religiones, la cual basada en el método histórico pone como centro de las transformaciones sociales la evolución de la concepción religiosa de la sociedad, a su vez la Historia de las Religiones no podría ser otra cosa que Historia de las Mentalidades.
Otra crítica que se hace a la idea de Ciencias de la Religión es que estudiar únicamente el fenómeno ideológico que es la religión daría como resultado una disciplina artificial, sin embargo, todas las ciencias sociales son constructos teóricos que ponen bajo observación aspectos específicos del acontecer humano.
Sumado a todas las dificultades anteriores, también cabe la posibilidad de confundir las Ciencias de las Religiones con teología, sobre todo cuando universidades confesionales han adoptado ese nombre para sus facultades de teología. Sin embargo, se ha establecido una demarcación clara respecto de las Ciencias de las Religiones en ciertos aspectos clave.
En primer lugar, no son moralistas, no buscan imponer un deber ser ni adoctrinar de ninguna forma, a diferencia de la teología que en su hacer genera normas y doctrina.
En segundo lugar, las Ciencias de la Religión no son exclusivas, en el sentido que no buscan imponer ninguna creencia sobre otra, no validan ni invalidan ninguna religión, las estudian como equivalentes, pues lo importante es el estudio del hecho religioso y la relación de las personas con la dimensión sagrada.
En tercer lugar, no son esencialistas, no plantean que exista verdad absoluta alguna, como lo decía Durkheim “todas son verdaderas a su modo”. Así que valoran equivalentemente a las religiones que estudia.
Por último, no son originalistas, es decir, no plantean un origen del hombre como producto de alguna divinidad particular, aunque bien podrían estudiar dichos procesos, su papel no es darle a alguno pretensiones de verdad más allá del relato en sí mismo.
En definitiva, las Ciencias de las Religiones, y en particular, las Religiones Comparadas se constituyen en un esfuerzo intelectual para estudiar una de las dimensiones más complejas del hombre, que hasta hace un siglo era terreno casi exclusivo de la teología, que sin embargo ahora es estudiada desde la diversidad metodológica de las ciencias sociales queriendo constituirse como un campo específico de conocimiento, que a diferencia de la teología no intenta imponer un dogma, sino simplemente generar conocimiento del hacer humano, dicho conocimiento, aunque muchas veces subestimado, contribuye a la comprensión entre culturas y facilita el diálogo interreligioso, muy necesario en nuestro presente de polarización, violencia y propaganda, donde se valora a las personas de otros credos basados en estereotipos.
[i] Durkheim, Émile. (2012). Las formas elementales de la vida religiosa.
México: Fondo de Cultura Económica. P. 56
[ii] Diez de Velasco, Francisco. El estudio de la religión: Autonomía,
neutralidad, pluralidad. P. 392
Para citar este artículo por favor usar:
Cárdenas, L. (30 de julio de 2017). Algunos aspectos de las "Religiones Comparadas". Sobre lo humano y lo divino. https://fadailalfaqir.blogspot.com/2017/07/algunos-aspectos-de-las-religiones.html
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